Hola, te escribo en esta noche callada,
preguntando si tu alma aún no está helada.
Espero que estés bien, aunque ya no estés,
te quiero, aunque duela, aunque no me ves.
Ojalá respondieras, aunque sé que no,
el destino nos dicta este cruel adiós.
Te extraño, lo siento, no puedo evitar
sentir que este ciclo no quiere acabar.
Hice algo malo, no hay...
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