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Best Famous Llama Poems

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Written by Federico García Lorca | Create an image from this poem

Muerte De Anto?ito El Camborio

 Voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.
Voces antiguas que cercan voz de clavel varonil.
Les clav? sobre las botas mordiscos de jabal?.
En la lucha daba saltos jabonados de delf?n.
Ba?o con sangre enemiga su corbata carmes?, pero eran cuatro pu?ales y tuvo que sucumbir.
Cuando las estrellas clavan rejones al agua gris, cuando los erales sue?an ver?nicas de alhel?, voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir.
Antonio Torres Heredia, Camborio de dura crin, moreno de verde luna, voz de clavel varonil: ?qui?n te ha quitado la vida cerca del Guadalquivir? Mis cuatro primos Heredias hijos de Benamej?.
Lo que en otros no envidiaban, ya lo envidiaban en m?.
Zapatos color corinto, medallones de marfil, y este cutis amasado con aceituna y jazm?n.
?Ay Anto?ito el Camborio, digno de una Emperatriz! Acu?rate de la Virgen porque te vas a morir.
?Ay Federico Garc?a, llama a la Guardia Civil! Ya mi talle se ha quebrado como ca?a de ma?z.
Tres golpes de sangre tuvo y se muri? de perfil.
Viva moneda que nunca se volver? a repetir.
Un ?ngel marchoso pone su cabeza en un coj?n.
Otros de rubor cansado, encendieron un candil.
Y cuando los cuatro primos llegan a Benamej?, voces de muerte cesaron cerca del Guadalquivir.


Written by Sor Juana Inés de la Cruz | Create an image from this poem

My Divine Lysis

My Divine Lysis

    Divina Lysi mía:
perdona si me atrevo
a llamarte así, cuando
aun de ser tuya el nombre no merezco.

    A esto, no osadía
es llamarte así, puesto
que a ti te sobran rayos,
si en mí pudiera haber atrevimientos.

    Error es de la lengua,
que lo que dice imperio
del dueño, en el dominio,
parezcan posesiones en el siervo.

    Mi rey, dice el vasallo;
mi cárcel, dice el preso;
y el más humilde esclavo,
sin agraviarlo, llama suyo al dueño.

    Así, cuando yo mía
te llamo, no pretendo
que juzguen que eres mía,
sino sólo que yo ser tuya quiero.

    Yo te vi; pero basta:
que a publicar incendios
basta apuntar la causa,
sin añadir la culpa del efecto.

    Que mirarte tan alta,
no impide a mi denuedo;
que no hay deidad segura
al altivo volar del pensamiento.

    Y aunque otras más merezcan,
en distancia del cielo
lo mismo dista el valle
más humilde que el monte más soberbio,

    En fin, yo de adorarte
el delito confieso;
si quieres castigarme,
este mismo castigo será premio.

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My Divine Lysis (English)

    My divine Lysis:
do forgive my daring,
if so I address you,
unworthy though I am to be known as yours.

   I cannot think it bold
to call you so, well knowing
you've ample thunderbolts
to shatter any overweening of mine.

   It's the tongue that misspeaks
when what is called dominion--
I mean, the master's rule--
is made to seem possession by the slave.

   The vassal says: my king;
my prison, the convict says;
and any humble slave
will call the master his without offense.

   Thus, when I call you mine,
it's not that I expect
you'll be considered such--
only that I hope I may be yours.

   I saw you-need more be said?
To broadcast a fire,
telling the cause suffices--
no need to apportion blame for the effect.

   Seeing you so exalted
does not prevent my daring;
no god is ever secure
against the lofty flight of human thought.

    There are women more deserving,
yet in distance from heaven
the humblest of valleys
seems no farther than the highest peak.

   In sum, I must admit
to the crime of adoring you;
should you wish to punish me,
the very punishment will be reward.

Book: Shattered Sighs